Por: Marycielo Valdez Sánchez
En el texto de Lipset, “El hombre político”, se establece una conexión entre la eficacia y legitimidad de la democracia con el desarrollo económico de un país, entre más desarrollo económico mayor posibilidad de una democracia estable. Esta relación también tiene que ver con las condiciones sociales que sirven para mantener los sistemas democráticos, aspectos que evaluará Lipset.
Presentará un estudio comparado entre democracias Europeas y países de habla inglesa; y Latinoamérica. En principio clasifica los países por su estabilidad democrática (periodo largo de gobiernos democráticos), para Europa, en Democracia estables (Australia, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Suiza, etc) y Democracias inestables y dictaduras (Albania, Austria, Franca, Alemania, Grecia, España, etc). Y, para América Latina, Democracias y dictaduras inestables (Argentina, Chile, Mexico, etc) y Dictaduras estables (Bolivia, Cuba, Perú, Venezuela, etc).
A partir de esta clasificación analizará los grupos según el grado de educación (elemento importante según Bryce porque hace más racional al elector), urbanización, riqueza (democracias estables gozan de un ingreso Per capita mayor al de democracias inestables) e industrialización determinando que cuan mejor desarrollo tengan en estos ámbitos más democráticos (o menos dictatoriales) serán los grupos. Así tenemos que estas condiciones sociales, como parte del desarrollo económico, son necesarias para la estabilidad democrática.
Además, analiza el desarrollo económico y la lucha de clases donde la preeminencia de posiciones políticas (liberales, socialistas y comunistas) se relacionan con el ingreso per cápita de los países. El desarrollo del capitalismo en el caso de democracias estables (países ricos como EEUU Y Canadá, y países mas o menos ricos –socialistas moderados- como Suiza), y el comunismo (o grupos extremistas) en el caso de democracias inestables y dictaduras (países pobres como Francia, Islandia o España y Grecia).
Las posiciones extremistas, generalmente en las clases bajas, explica Lipset, pueden tener relación con la eficiencia-redistribución y la satisfacción de la población, es así que tanto la riqueza bien distribuida como la educación contribuyen a que las clases bajas disminuyan, se unan menos a posiciones extremistas, y se aumente la clase media. Estas posiciones extremistas también, se pueden relacionar con el desarrollo económico rápido, por ejemplo, Suecia se industrializó muy rápido de 1900-1914 y desarrolló paralelamente un movimiento anarcosindicalista.
La relación que establece entre la legitimidad y eficacia (desarrollo económico) y la estabilidad de la democracia se basa en las instituciones políticas existentes (burocracia) y, lo que cree la población como mejor opción (sistema que soluciona el problema de la religión, ciudadanía, redistribución).
Así, establece su tabla cuádruple (a, b, c, d): (a) los sistemas políticos serán estables (EEUU, Suecia y Gran Bretaña), (d) si la eficiencia y legitimidad son bajas los sistemas políticos serán inestables -o dictaduras fuertes- (Hungría y Alemania Oriental). Y se darán cambios en un sistema político cuando es eficaz pero pierde legitimidad, como Austria, (c) o cuando se mantiene su legitimidad pero pierde eficacia (b). Utilizando el cuadro: Las bases de la democracia también se dificultan con la participación de muchos partidos si el país está en el cuadrante (d).
En conclusión, el desarrollo económico analizado a partir de los aspectos sociales logrará determinar cuan estable es un país en la democracia o los cambios de sistema que pueda dar así que, cuanto más se desarrolle la clase media (sociedad modernizada) más propenso está el sistema a la estabilidad democrática, aunque hay excepciones como China (cuestiones culturales).
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